-La campaña se ha terminado- dijo Brenda, mi jefa, casi como una disculpa -Bueno, ¿y luego? -Nosotros te llamamos si hay una nueva "Nosotros te llamamos". Es como el "quedemos como amigos" de las situaciones laborales. No tuve más remedio que cobrar mi raquítico salario y largarme. En estos días la buena suerte me ha dado la espalda, y tampoco es que tenga yo una suerte estupenda. Me considero más que suertuda, afortunada en algunas ocasiones, sobre todo por el hecho que siempre desconfío cuando algo es demasiado perfecto, no sé si sea un defecto o una virtud. A menudo me dicen que debería dejar de desconfiar de todo y posiblemente tengan razón aunque en esta ocasión el optimismo no pueda servir de mucho. Perdí el año escolar por que al parecer no tengo grupo, acabo de perder el empleo y eso que apenas va comenzando mi etapa adulta. Es como esa crisis que se supone que te da a los 40 años cuando va a entrar la menopausia, pero antes de los veinte. Muchas veces...
Por Adriana G. Cortés