Yo escribo, por que me encanta leerte, escondido entre mis lineas, sin embargo, me acosa una huelga de versos, en la que me niego a escribir de ti, todo con tal de no pensarte, é no sabe que el verdadero motivo fuiste tú, y tan perverso es el mundo que nunca sabrás, lo que eres para mi. Dejemos las miradas a escondidas, los reclamos enredados, dejemos de ser lo que somos para ser lo que un día aun por minutos fuimos, no quiero decir en este verso que, te quiero, no pienso mencionarlo y menos gritar cuanto te extraño, mejor que el tiempo decida el momento para toparnos de frente. Como cualquier ser humano, no tolero el dolor. Es una sensación parecida a la asfixia, y me temo que es precisamente eso. El dolor emocional hace que la poca alma que me queda, o los retazos de ella, se asfixien en un mar de dudas y aflicciones baratas que cualquier borracho de cantina podría bien ponerse a describir. Técnicamente soy un bohemio encerrado en el cuerpo de una joven adulta, que se mantiene...
Por Adriana G. Cortés