Veo en un escaparate una blusa que me llama la atención y veo el precio. Pero las tallas van de la XXS a la S. "¿Tendrá esto en talla de Mujer-Que-Come?" Interrogo al dependiente. "No señorita, es la única que tenemos". Me considero muy bonita. Incluso hermosa. Las proporciones de mi cuerpo no me desagradan y me encanta disfrutar de los placeres de la vida. Sin embargo, escucho de todos lados: "Pero si te vistieras de esta forma...si te tiñeras el cabello robio, rojo tal vez...si dejaras tu actitud mamonsísima hacia los demás...si bajaras unos kilos...si sólo comieras más ensaladas...si utilizaras estos zapatos..." En definitiva debo convivir en una sociedad que se me antoja más bien miserable, Debo seguir un camino ya trazado por la moral y las costumbres y no salir de ahi. Entonces, decido caminar junto a alguien que me quiera sin todas esas máscaras, sin esos kilos y kilos de maquillaje y sin esa actitud sumisa a la que estoy obligada por fines la...
Por Adriana G. Cortés