Coloque deliberadamente el candado al baúl de los recuerdos, aunque muchas veces me da por abrirlo y ponerle vinagre a la herida. He decidido, finalmente, pulir un poco mi existencia ahora que estoy a tiempo, casi cumpliendo dieciocho y que mejor pretexto para una metamorfosis que el cumplimiento de la mayoría de edad. He desperdiciado un poco de tiempo siendo poco mas que una cretina. Ni siquiera tengo el pretexto de beber por que así me siento menos triste o por que de alguna manera este deprimida. Bebo por que me gusta. El alcohol es tu mejor amigo cuando tienes una pena de amor o brindas por alguien, pero no es un amigo muy confiable, siempre te cobra con creces lo que puede llegar a hacer por ti. Y así era. Solo sentía que mi vida era igual que una bolsa de Cheetos: me sabia pocamadre, pero no era nada nutritiva. Destructiva en todo caso, esa era la palabra. Mi vida era deconstructiva, y tal parece que no puedes escarmentar en cab...
Por Adriana G. Cortés