Un Santa Clos apócrifo en uno de los aparadores de Galerías me mira desde un angulo engañoso. La canción de los peces en el río me resuena en los tímpanos y la escalera eléctrica se mueve lentamente entre los pisos exageradamente adornados con motivos navideños, que parecen burlarse de la situación actual del país. Rico, a mi lado, parece una estatua tallada en piedra y busca a su hermanito casi con desesperación, hasta que logra divisarlo en la fila del cine."Feliz Navidad y Año Nuevo 2012" dice el enorme cartel con luces multicolores que chinga la pupila y me parece una cruel broma para los que tienen la necia idea de que se acabara el mundo el el 2012. Me dedico a observar a la gente pasar a un lado mio, sin mirarme siquiera, ocupadas en sus compras y las sonrisas hipócritas de los vendedores. -Bienvenidos a Cinemex, en que puedo servirte- decía con desdén la chica...
Por Adriana G. Cortés