Hay veces que un juego, una simple partida de "Gato" contigo mismo puede dejarte exhausto. Hay veces que un simple tropiezo te lleva inevitablemente a otro, y a otro. Son ocasiones en las que tienes un letrero de "imbécil" en la frente, pegado, cuando resulta que el criminal es más inocente que el juez, y éste más culpable que tus culpas propias. Cuando la sal de los labios de cualquiera calcinan, hacen daño, perturban, olvidan...cuando los cuentos ya no son sólo cuentos, y "gato" es más que un pasatiempo, una forma de paliar el aburrimiento. Es cuando todo tiene ese toque, ese impulso de preguntar ¿por qué?. .................................................. ............................... ..................... ............. .......... ... "Érase una vez un niño" comenzaba aquella historia. "que se enamoró de una niña. Pero esa niña fue a dormir con el lobo feroz". Se trata de tu propia historia, pensé, pero seguí e...
Por Adriana G. Cortés