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Mostrando las entradas de 2015

Nada

Estos días los he pasado sin tener conciencia de mí misma. O, más bien, teniendo demasiada conciencia de mí misma. Es un estado en el que no estás seguro que eres tú, y te preguntas constantemente cuántos eventos tuvieron que ocurrir para que estuvieses aquí, en este momento, preguntando tantas cosas. Sientes tu presencia de manera fantasmal, mirando todo a traves de un cristal empañado por el tiempo y las lágrimas, aprecias tu figura encorvada, como sin vida, un manchón apenas visible en la línea del tiempo, un grano de arena en la inmensidad de la nada, mirando torpemente los retazos de la misma alma, sin sentir nada, si acaso un ligero pinchazo de dolor en el pecho. Miras a los lados, te preguntas si alguien en alguna parte del mundo, al otro lado, se siente de la misma manera y sólo atinas a esbozar una leve sonrisa carente de sensaciones, como una torpe máquina a la que han tirado a la basutra por tener demasiados desperfectos. Por ser demasiado humana.  Apenas sé del amor, ...

¿Qué es lo correcto?

¿Qué separa lo incorrecto de lo correcto? ¿La moral? ¿la humanidad? Me pregunto mientras miro mi interior, que a pesar de que se derrumba, ya no siente dolor. Veo al rojo vivo de mis entrañas, mientras la sensación más ignominiosa se apodera de mi pecho, mientras un ente ajeno a mi cuerpo se pasea sobre mis órganos, se aloja en mi cerebro y destroza todo, mientras yo, sin inmutarme,  parezco ser ajena a este barullo. ¿Me ama realmente? me pregunto. Sí, me responde una vocecillla que reconozco como suya. Por que me ha enseñado y tratado de demostrarme que sí me ama. Yo daría la vida, pero, ¿él tambien? de eso ya no estoy tan segura. No sé como funcionan las relaciones normales. No se nada de lógica humana. No sé como hacer sentir mejor a una persona triste. Apenas me reconozco yo. ¿Qué es lo correcto? el respeto mutuo, claro está. La complicidad, el deseo carnal, el amor...tienes todo  eso, pero, hay algo más. Algo que carcome tus intentos por mejorar. Una cosa, una sombra, un ...

Donde habita el olvido II

Una vez me contó Un amigo común que la vió Donde habita el olvido. No sé a donde irá. No sé donde estará, ni que está pensando. ¿A quién te refieres? Pregunto a mi subconsiente. A ambos, respondo. Mi pianista está fuera de casa, por algunas horas que me parecn décadas. Me digo a mi misma que debo dejarlo ser, debo dejarle vivir la vida, pero esta necesidad de él me embriaga de una manera que no soy capaz de discernir. Hay una botella de ron en la alacena y me sirvo un trago. "para calmarme" me digo a mí misma. De ése le siguen varios más y una cerveza. No soy una alcohólica pero esta nostalgia, quizá, este sentimiento sin nombre, me agobia. No has estado más fuera que unas horas y siento que ha sido toda un vida. ¿Estoy enferma? No lo sé. ------------------------------------- -------------------- ------------- ------- Han pasado ya algunos ayeres desde mi época adolescente. No soy una anciana pero tampoco una niña. Mi actitud infantil sigue latente y lo seguirá, h...