"De plano contigo no se puede" me dijo de repente Janet. "No te tomas nada en serio". Eran en esos días de secundaria, de trabajo en equipo, y me reclamaba por que no había hecho absolutamente nada. Me advirtió que si no lo que, según ella "era seguro que nos ´sacábamos´ diez" estaría fuera del equipo. A mí me parecía una estupidez hablar nuevamente del embarazo adolescente, un tema más que trillado en la escuela, con el que te bombardeaban a diario. Todo el equipo quería hablar de algo diferente, pero ella, de alguna manera, lograba que la mayoría se pusiera a su favor. "No es que no me tome las cosas en serio, es sólo que no me importa tú calificación, me importa la mía. Y no quiero hablar de pendejas que se embarazan por calientes". Hablé con el profesor de español, que me permitió hacer el trabajo de forma individual. Y como siempre, dejé todo para el final, mientras mi equipo y ella se desgastaban por conseguir condones y exhibirlos en cl...
Por Adriana G. Cortés