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Mostrando las entradas de 2014

Yo

Veo en un escaparate una blusa que me llama la atención y veo el precio. Pero las tallas van de la XXS a la S. "¿Tendrá esto en talla de Mujer-Que-Come?" Interrogo al dependiente. "No señorita, es la única que tenemos". Me considero muy bonita. Incluso hermosa. Las proporciones de mi cuerpo no me desagradan y me encanta disfrutar de los placeres de la vida. Sin embargo, escucho de todos lados: "Pero si te vistieras de esta forma...si te tiñeras el cabello robio, rojo tal vez...si dejaras tu actitud mamonsísima hacia los demás...si bajaras unos kilos...si sólo comieras más ensaladas...si utilizaras estos zapatos..." En definitiva debo convivir en una sociedad que se me antoja más bien  miserable,  Debo seguir un camino ya trazado por la moral y las costumbres y no salir de ahi. Entonces, decido caminar junto a alguien que me quiera sin todas esas máscaras, sin esos kilos y kilos de maquillaje y sin esa actitud sumisa a la que estoy obligada por fines la

Miedo

¿Qué es el miedo? ¿Esa sensación de querer desaparecer? ¿Una infracción, tal vez? ¿Esa sensación de ahogamiento que acompaña luego de una noche en que no recuerdas que hiciste? Tal vez sea un suspiro, o una ridícula colección de fotografias del pasado. Tal vez sea la sensación que me da pensar las decisiones que he tomado, un poco de ignorancia, quizá el sentimiento que me da el recordar a los ue ya se fueron, que pronto tendré que enfrentar ese mismo destino. Podrían ser los fantasmas del pasado que acechan, los míos propios y los de alguien más, quizá es la respiración gélida de la muerte o un cambio drástico de humor. No puedo describir el miedo, de alguna manera algo me lo impide, como una trampa invisible que hace que todos mis esfuerzos por decir la verdad no valgan la pena. Sin embargo, sé cómo se siente. Puede venir difrazado de cualquier cosa, en este caso de amigo, de una persona desorientada y agradable que no tenía intención de hacer mal. Pero, nadie tiene intención de

Un minuto contigo

Saboreo en los labios un gusto amargo, un poco a culpa y en su mayor parte a frustración. Yo no tengo pruebas concretas que lo merezco, que soy yo quien más le ama y que soy yo quien no quiere verle sufrir más. Pero, ¿cómo demostrarlo? Con hechos firmes y sin conjeturas. Desde aquel día lleno de tintes teatrales y lágrimas vizcosas y sucias, decidí hacer todo bien. Y sin embargo pareciera que todo saldrá mal siempre.. Pero no. Esta noche él llegará, me tomará en sus brazos y me mirará con esos ojos que amo, ese adictivo negro de sus ojos, me dira, te amo, te he extrañado todo el día y yo sonreiré, le besaré el cuello y dirá que desea descansar. Cuando la luz se apague y yo me recueste en sus brazos, el besara mi frente, y con dulzura me dirá que está enamorado, locamente enamorado. Le susurraré un te amo al oído mientras sus labios buscan mis pechos y, a tientas, con un candor irreconocible, busca abajo de mi sudadera lo que tanto anhela. Me besará en los labios, y mientras me acaricia

Para cuando te vayas

   Para cuando deje que te vayas se me habrán secado las lágrimas, y me estaré ahogando en los restos de mis propios errores, en la sangre que he derramado, para cuando ya no estés tendré un montón de cartas rotas, aventadas al aire como hojas muertas, me abrazaré al fantasma tibio de tu cuerpo y sollozaré en pos de lo que no entiendo. Cuando decidas marcharte, estaré desnuda, desprovista de todo argumento, un "no te alejes" o un "yo te amo" no serán suficientes para retenerte, para que huyas de lo que tanto daño te hace como una exahalación, liberaré un peso sobre mis hombros, pero pondré una roca en el alma, que me hundirá hasta lo más bajo del abismo, donde yacen dormidos mis fantasmas y mis temores, mis trastornos, mi infancia, mis pensamientos pútridos, mi soledad...cuando te vayas todos ellos vendrán a hacerme compañia mientras me estremezco y me aferro a tu recuerdo, para hacer un altar, un templo, un lugar donde refugiarme y sentirme un poco menos sola, meno

Una primavera pasada

El dístico de una promesa, en forma de mensaje de texto, sonó. Eran pasadas las cuatro de la madrugada, y entre un borbotón de emociones, despertó. Cansado, harto, delirante, emprendió una travesía para encontrar el amor, quizá un desvelo, una sonrisa que le pudieran acarrear una vida menos bohemia, un poco más apegada a la realidad, un poco más cercana a las estrellas que tanto le gustaba apreciar. Mirando el cielo, nuestro joven poeta se deslizo entre las sábanas para buscar algo a lo que abrazarse, quizá a su soledad, quizá a las sombras del viento frío, que a esa hora helaban la ciudad. Cínico, frívolo, seductor, va en busca de alguna fémina, cuya dulzura sea capaz de despertar su voluptuosidad y vehemencia, digna de ser receptáculo de sus emociones y tintes teatrales. De bar en bar, inicia su búsqueda implacable, tras esos seres de labios carnosos que siempre han sido su debilidad. Sin embargo, en cada par de ojos que posa la mirada, ve el vacío, la nada, quizá fruto de sus enso

Noches II

Entrelaza con tu cuerpo a mi cuerpo como una red de acero difícil de romper tu sensualidad en mortal movimiento la desnudez de tu cuerpo intento poseer. Liba sin tapujos cada parte de mi sexo el elixir de los dioses te invito a beber busca mis secretos, vulnera mis sentidos muérdeme todo en el éxtasis vivido. Siente el calor intenso que penetra goza con cada estocada la libertad de una hembra. ¡Pídeme que te bese sin tregua! ¡Grita con cada orgasmo que venga! Entrelaza con tus piernas mi cuerpo comencemos a devorarnos de vuelta mientras siento la excitación de tu aliento me acomodo con cada espasmo violento. Mi lengua ansiosa te recorre, hambrienta sintiendo el fuego de tu líbido ardiendo  quiero estallar con todo en la línea de tu espalda y morir esta noche sin que ya nada valga..

Noches

Hay hombres y mujeres que no saben o no deberían estar solos. Y se ahogan en silencios inútiles, mientras sorben amargura y fuman como desesperados. Hay sujetos, chicas, que se deterioran a solas. Karen nació a destiempo. Sus padres se divorciaron poco antes de que ella naciera. Liliana, su madre, le confesó a su esposo que la niña no era de él, sino de su jefe y que incluso quería registrarla y reconocerla como suya. Raúl se puso como loco y sintió ganas de matar a la mujer con sus propias manos, pero sólo la cacheteó; luego empacó unas pocas cosas y se largó. Liliana inició los trámites de separación, confiada en que Rigoberto, el licenciado del despacho en que era recepcionista, dejaría a su familia para casarse con ella. Pero no, aquello no era una telenovela en el que la chava pobre se vuelve rica de la noche a la mañana. Rigo, que además era gordo y feo, sólo estaba encaprichado con la mujer guapa, así que le prometió la gloria y la encaminó al purgatorio. Nunca le dio sus ape

Crónica de un Domingo II

  Uno de esos días donde decides dejar el pasado atrás y seguir con lo que se supondría que tenías que hacer, es lo que me acecha este domingo en particular. Recién me he levantado, ni hambre, ni ganas de comer ni de hacer nada. Particularmente me siento despierta, desnuda, con ánimos de salir en bolas a la calle nomás para ver qué cara ponen todos. Y es que cuando un domingo en particular eres de ésas personas con tinte filofófico y eres arrojado bruscamente a la realidad, es difícil, pues te dicen continuamentw que todo lo haces mal, nada te sale bien, eres demasiado flojo, demasiado confiado, demasiado pesimista y mentiroso, Tú ya lo sabías, pero escucharlo de los labios de la persona que amas y que supuestamente te ama, ya es otra cosa. Y es bien sabido que lo eres, pero no te das cuenta de eso. Maldita sea la hora en que dejaste asuntos sin concluir, maldita la hora que decidiste tomar este camino tan pedregoso, has aprendido alguna que otra lección sin tomar nota. Y maldito tambi

Arde la calma

Maldita migraña. Y malditos los celos, en todas sus presentaciones. También malditas sean las rutinas que entumen tus pasos. Seamos francos con nosotros mismos, no nos engañemos: cada día damos un paso hacia el cadalso, hacia la tumba, sin dejar huella que valga la pena. Y aún así nos atrevemos a ar por muertos los sueños. Malditos los días en que salimos a la calle con ánimos de pelea, como si alguien nos la debiera. Siete de la mañana. Ni ganas de levantarse y planchar las alas. Para qué volar si nada más con abrir los ojos sientes la mirada fatigada. Hoy no estás de humor para soportar a la gente en el subterráneo, a tus compañeros de trabajo, a tu padre neurótico, a tu madre abnegada, a los chóferes esquizofrénicos, a toda esa gente que tiene la decepción pintada en la cara.  ¿No te parece una locura salir a la calle para darte cuenta una vez más que todos quieren comprar tu alma o venderte la suya con ganas de estafarte? Pero qué es la locura, qué la suerte, qué son e

Cuando se te cruzan los cables

Desde que era chavita se me han cruzado los cables. Supongo que no soy la única. Todos tenemos nuestros ratos buenos y también los lapsos en que enloquecemos mucho o poco. A veces por tonterías, en ocasiones con justa razón, pero siempre se nos están cruzando los cables... Yo era de esas chamacas tranquilas, algo calladas, que se embobaban con la tele o que se la pasaban haciendo tarea muy concentradas, pero alguna tarde se me “iban las cabras al monte” y era difícil seguirme el paso o localizarme. Me refugiaba en las azoteas, trepaba los árboles más altos, caminaba por el filo de las bardas, provocaba a los perros del vecindario, inventando que yo era un explorador temerario en el Ártico o aventurera en territorios africanos. Y regresaba a casa cuando el sol ya se había ocultado, con los pantalones rasgados y uno que otro raspón en las rodillas. Mi madre a veces se enfadaba y terminaba por castigarme, a veces con severidad y otras con gestos de preocupación. Supongo que se pregun

Crónica de un domingo

  Me desperté más temprano de lo habitual, enrrollándome en las sábanas. Sentí un cuerpo tibio a mi lado y me abracé a él. Un lugar de mi subconciente se despertó de golpe, asustado. ¿Qué era éso que estaba ahí? ¿Qué hacía en mi cama?. Como si no me acostumbrara, ya casi después de un año, a la felicidad. El ser que compartía el lecho conmigo despertó también y una expresión divertida pasó por su bello rostro adormilado. Abrió los ojos y me miró. Esos ojos marrones por los que hago todas las cosas que hago miraron de repente mi alma, y me adormilé de nuevo, abrazada a aquel ser que me devolvió la vida. ************************************************************  Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, es algo que aquí en México se dice a boca llena. Y es verdad, de niña yo era bastante preguntona, sincera, me gustaban tremendamente los árboles y las lagartijas. Me pregunto cuándo dejé de ser niña para convertirme en una adulta independiente, responsable, y llena de sue

Una noche Más

Una de ésas noches, donde la primavera no se ve ni por asomo, donde la luna baña por entero tu cuerpo, tu ser, tu alma, y encuentras en esos ojos marrones lo que llamas felicidad. Una de ésas tantas noches donde te entrelazas a la espalda de alguien, aspirando ese aroma delicioso, y le besas, y le susurras al oído que le amas. Esas noches de diversión, de juegos, donde olvidados por el sueño se van contando chistes cada ves más burdos y cada vez más alejados del entendimiento promedio. Noches como aquella, donde una sola mirada te dice más, donde un "te extraño" cabe en un pestañeo, en una clave secreta donde sólo caben dos. Madrugadas donde se confunde el tarde y el temprano, noches insomnes, mientras el presente, el pasado y el futuro se unen para formar una desgracia. Lágrimas corren por tus mejillas al no saber que pasará, si habrá más noches y madrugadas. Y cuando por fin llega una más, una noche más, una deliciosa noche de risas y flores, te descubres a tí mismo, sonrie