Una de ésas noches, donde la primavera no se ve ni por asomo, donde la luna baña por entero tu cuerpo, tu ser, tu alma, y encuentras en esos ojos marrones lo que llamas felicidad. Una de ésas tantas noches donde te entrelazas a la espalda de alguien, aspirando ese aroma delicioso, y le besas, y le susurras al oído que le amas. Esas noches de diversión, de juegos, donde olvidados por el sueño se van contando chistes cada ves más burdos y cada vez más alejados del entendimiento promedio. Noches como aquella, donde una sola mirada te dice más, donde un "te extraño" cabe en un pestañeo, en una clave secreta donde sólo caben dos. Madrugadas donde se confunde el tarde y el temprano, noches insomnes, mientras el presente, el pasado y el futuro se unen para formar una desgracia. Lágrimas corren por tus mejillas al no saber que pasará, si habrá más noches y madrugadas. Y cuando por fin llega una más, una noche más, una deliciosa noche de risas y flores, te descubres a tí mismo, sonriendo, sintiendo el tibio calor de un sentimiento que no sabes definir. ¿Qué pasará si...? te preguntas de pronto. Pero el mirar sus brazos al rededor tuyo, al escuchar su respiración, al sorprenderle susurrandote al oído mientras duermes: "Eres mía..." "Nunca me abandones..." "...te amo..", sabes, que, sin duda, todo ha valido la pena. Cada día, cada noche. Y cómo olvidar esas noches de promesas, dónde uno sabía exactamente dónde encontrarse, a dónde ir, qué hacer, noches donde nada estaba previsto, noches de cerveza, de rock, de angustia. Ah, cómo olvidar esas noches de angustia, dónde sujetaste fuertemente su mano mientras morías de preocupación, fingiendo serenidad pero conteniendo las lágrimas...aquella noche que regresó...para quedarse contigo, abrazándote fuerte, diciendo que no necesitaba más por que todo ya lo tenía...lágrimas de felicidad recorren tus ojos y también de tristeza, quizá de melancolía.
También ha habido noches torrmentosas, en las cuales no sabes si vale ya la pena soportar tanto, noches donde no sabes si el pasado remontará y arrebatará lo que tanto has peleado. Pasado, que, tú sabes, sigue latente, quizá no como ayer, pero hiere como un arañazo en el alma. Sabes que el riesgo es está ahí, como si encerrasen a un demonio en una caja de cristal, como si el veneno se dispersara poco a poco en el aire...pero no te importa, tú insistes en abrir la ventana, en aspirar aquel veneno, en seguir adelante. Por que vale la pena, ¿no? Vale la pena intentarlo...por que esas noches hacen que tu vida sea un poco menos complicada, un poco menos tortuosa, esas noches frías donde el calor es agradable, donde la luna...la hermosa luna quema como un sol resplandeciente...mira su llama, es el reflejo puro de la belleza, pintando, como en un sueño, un Van Gogh, una poesía, una canción. ¿Sabes qué ha sido de mi pasado?
Y así, noche tras noche, silbas aquella melodía que te recuerda él, una más para el mundo, una más para todos, alguien para ti, aspiras su perfume en la mañana y te embriagas con el negro adictivo de sus ojos...sí, ésas noches que pasan a la posteridad, que son plasmadas en el alma como un cuadro hermoso, como una Venus, recorriendo con tus dedos el surco de sus labios, que se entreabren para pronunciar la mentira que más te gusta oir: TE AMO.
También ha habido noches torrmentosas, en las cuales no sabes si vale ya la pena soportar tanto, noches donde no sabes si el pasado remontará y arrebatará lo que tanto has peleado. Pasado, que, tú sabes, sigue latente, quizá no como ayer, pero hiere como un arañazo en el alma. Sabes que el riesgo es está ahí, como si encerrasen a un demonio en una caja de cristal, como si el veneno se dispersara poco a poco en el aire...pero no te importa, tú insistes en abrir la ventana, en aspirar aquel veneno, en seguir adelante. Por que vale la pena, ¿no? Vale la pena intentarlo...por que esas noches hacen que tu vida sea un poco menos complicada, un poco menos tortuosa, esas noches frías donde el calor es agradable, donde la luna...la hermosa luna quema como un sol resplandeciente...mira su llama, es el reflejo puro de la belleza, pintando, como en un sueño, un Van Gogh, una poesía, una canción. ¿Sabes qué ha sido de mi pasado?
Y así, noche tras noche, silbas aquella melodía que te recuerda él, una más para el mundo, una más para todos, alguien para ti, aspiras su perfume en la mañana y te embriagas con el negro adictivo de sus ojos...sí, ésas noches que pasan a la posteridad, que son plasmadas en el alma como un cuadro hermoso, como una Venus, recorriendo con tus dedos el surco de sus labios, que se entreabren para pronunciar la mentira que más te gusta oir: TE AMO.
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