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Mostrando las entradas de agosto, 2012

INVI

Cálmate, corazón insensato, por que no tienes la culpa y todo lo que pasa en el mundo es insensato, y la maldad y la bondad no tienen sentido, y la codicia, el odio y la pasión dominan por doquier. No es culpa tuya, por que las personas permanecen igual y no cambian. Los años pasan y los hombres nacen y mueren y su vida es un soplo cálido, y no son felices viviendo y lo son sólo al morir. Por esto nada es más vano que la vida humana. En vano sumerges al hombre en la corriente del tiempo, su corazón no cambia y sale de la corriente tal y como ha entrado en ella. En vano lo pones a prueba en la guerra y la miseria, en la enfermedad y los incendios, en los dioses y las armas, por que sólo consigue endurecerse con estas pruebas hasta llegar a ser malvado y odiarse a sí mismo y por esto sólo el hombre muerto es hombre bueno El humano no puede vivir sin poder ser superior a los demás y no hay miserable que no se crea mejor que otro. Uno se jacta de la habilidad de sus dedos, otro de la anc

Incluso se parece a tí.

Así inician a veces las conversaciones conmigo misma "Algo no anda bien en tí y tienes que remediarlo" "Ajá, y ¿cómo? ¿Rezando, yendo al psicólogo que no ayuda en nada? ¿teniendo amigos?" "No sé...indaga, explora, maldice si es necesario" "Maldecir es lo que hago todo el tiempo"...No llegando a ninguna conclusión satisfactoria. El trasporte público apesta a sudor y cansancio, luego de un día de trabajo. Y es que soy demasiado joven para ser amargada. Tengo la crisis de los 40, pero antes de los veinte. Por que ya no soy una niña pero tampoco soy adulta. Ya no soy débil pero aún necesito ayuda, aunque no lo reconoceré nunca. Y hay ciertas cosas que aún no llego a comprender, como la insistencia del destino -o karma, quizá- de poner en mi camino a veces a las personas más puras y nobles, que fácilmente puedo herir. Y es que el chico del trasporte se parecía mucho a tí. Tenía la misma piel morena cobriza, tenía el mismo peinado incluso. Tu mismo c

Como quebrar un espejo

-La campaña se ha terminado- dijo Brenda, mi jefa, casi como una disculpa -Bueno, ¿y luego? -Nosotros te llamamos si hay una nueva "Nosotros te llamamos". Es como el "quedemos como amigos" de las situaciones laborales. No tuve más remedio que cobrar mi raquítico salario y largarme. En estos días la buena suerte me ha dado la espalda, y tampoco es que tenga yo una suerte estupenda. Me considero más que suertuda, afortunada en algunas ocasiones, sobre todo por el hecho que siempre desconfío cuando algo es demasiado perfecto, no sé si sea un defecto o una virtud. A menudo me dicen que debería dejar de desconfiar de todo y posiblemente tengan razón aunque en esta ocasión el optimismo no pueda servir de mucho. Perdí el año escolar por que al parecer no tengo grupo, acabo de perder el empleo y eso que apenas va comenzando mi etapa adulta. Es como esa crisis que se supone que te da a los 40 años cuando va a entrar la menopausia, pero antes de los veinte. Muchas veces