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Mostrando las entradas de abril, 2014

Noches II

Entrelaza con tu cuerpo a mi cuerpo como una red de acero difícil de romper tu sensualidad en mortal movimiento la desnudez de tu cuerpo intento poseer. Liba sin tapujos cada parte de mi sexo el elixir de los dioses te invito a beber busca mis secretos, vulnera mis sentidos muérdeme todo en el éxtasis vivido. Siente el calor intenso que penetra goza con cada estocada la libertad de una hembra. ¡Pídeme que te bese sin tregua! ¡Grita con cada orgasmo que venga! Entrelaza con tus piernas mi cuerpo comencemos a devorarnos de vuelta mientras siento la excitación de tu aliento me acomodo con cada espasmo violento. Mi lengua ansiosa te recorre, hambrienta sintiendo el fuego de tu líbido ardiendo  quiero estallar con todo en la línea de tu espalda y morir esta noche sin que ya nada valga..

Noches

Hay hombres y mujeres que no saben o no deberían estar solos. Y se ahogan en silencios inútiles, mientras sorben amargura y fuman como desesperados. Hay sujetos, chicas, que se deterioran a solas. Karen nació a destiempo. Sus padres se divorciaron poco antes de que ella naciera. Liliana, su madre, le confesó a su esposo que la niña no era de él, sino de su jefe y que incluso quería registrarla y reconocerla como suya. Raúl se puso como loco y sintió ganas de matar a la mujer con sus propias manos, pero sólo la cacheteó; luego empacó unas pocas cosas y se largó. Liliana inició los trámites de separación, confiada en que Rigoberto, el licenciado del despacho en que era recepcionista, dejaría a su familia para casarse con ella. Pero no, aquello no era una telenovela en el que la chava pobre se vuelve rica de la noche a la mañana. Rigo, que además era gordo y feo, sólo estaba encaprichado con la mujer guapa, así que le prometió la gloria y la encaminó al purgatorio. Nunca le dio sus ape

Crónica de un Domingo II

  Uno de esos días donde decides dejar el pasado atrás y seguir con lo que se supondría que tenías que hacer, es lo que me acecha este domingo en particular. Recién me he levantado, ni hambre, ni ganas de comer ni de hacer nada. Particularmente me siento despierta, desnuda, con ánimos de salir en bolas a la calle nomás para ver qué cara ponen todos. Y es que cuando un domingo en particular eres de ésas personas con tinte filofófico y eres arrojado bruscamente a la realidad, es difícil, pues te dicen continuamentw que todo lo haces mal, nada te sale bien, eres demasiado flojo, demasiado confiado, demasiado pesimista y mentiroso, Tú ya lo sabías, pero escucharlo de los labios de la persona que amas y que supuestamente te ama, ya es otra cosa. Y es bien sabido que lo eres, pero no te das cuenta de eso. Maldita sea la hora en que dejaste asuntos sin concluir, maldita la hora que decidiste tomar este camino tan pedregoso, has aprendido alguna que otra lección sin tomar nota. Y maldito tambi

Arde la calma

Maldita migraña. Y malditos los celos, en todas sus presentaciones. También malditas sean las rutinas que entumen tus pasos. Seamos francos con nosotros mismos, no nos engañemos: cada día damos un paso hacia el cadalso, hacia la tumba, sin dejar huella que valga la pena. Y aún así nos atrevemos a ar por muertos los sueños. Malditos los días en que salimos a la calle con ánimos de pelea, como si alguien nos la debiera. Siete de la mañana. Ni ganas de levantarse y planchar las alas. Para qué volar si nada más con abrir los ojos sientes la mirada fatigada. Hoy no estás de humor para soportar a la gente en el subterráneo, a tus compañeros de trabajo, a tu padre neurótico, a tu madre abnegada, a los chóferes esquizofrénicos, a toda esa gente que tiene la decepción pintada en la cara.  ¿No te parece una locura salir a la calle para darte cuenta una vez más que todos quieren comprar tu alma o venderte la suya con ganas de estafarte? Pero qué es la locura, qué la suerte, qué son e