Uno de esos días donde decides dejar el pasado atrás y seguir con lo que se supondría que tenías que hacer, es lo que me acecha este domingo en particular. Recién me he levantado, ni hambre, ni ganas de comer ni de hacer nada. Particularmente me siento despierta, desnuda, con ánimos de salir en bolas a la calle nomás para ver qué cara ponen todos. Y es que cuando un domingo en particular eres de ésas personas con tinte filofófico y eres arrojado bruscamente a la realidad, es difícil, pues te dicen continuamentw que todo lo haces mal, nada te sale bien, eres demasiado flojo, demasiado confiado, demasiado pesimista y mentiroso, Tú ya lo sabías, pero escucharlo de los labios de la persona que amas y que supuestamente te ama, ya es otra cosa. Y es bien sabido que lo eres, pero no te das cuenta de eso. Maldita sea la hora en que dejaste asuntos sin concluir, maldita la hora que decidiste tomar este camino tan pedregoso, has aprendido alguna que otra lección sin tomar nota. Y maldito tambiéen el desamparo, que te hace llorar en las noches sin que te des cuenta, maldito sea el amor de tu vida al manipularte sin notarlo, al ejercer tanto poder sobre ti. Malditas sean las amistades rancias con ánimo de pelea, que se inmiscuían en tu vida sin pedirles opinión, aquellas amistades tan poco sinceras que únicamente pretendían tener un buen chisme por contar.
Y malditas también, carajo, las amistades sinceras que hallaste en el camino, por no saber aprovecharlas y mandar a la basura tantos años de chelas y rock. Maldita tu soledad, tu única compañera, pues aunque no estés sola te sientes más abandonada que Robinson Crusoe en su naufragio, antes de encontrar a Viernes. Y es que las palabras que queman tus labios son las que jamás has de pronunciar. ¿Por qué guardar un seecreto? ¿Por qué no dejar huir el pasado? Tus antiguos amores, tus antiguos amigos...¿Por que no sencillamente ponerte en marcha sin mirar el retrovisor? Tantos labios, tantas camas y pieles ardiendo en la noche...malditos sean los excesos que te hicieron cometer más de una estupidez. Y ahora tienes que emprender la marcha, fingiendo una sonrisa, sin cuestionar dices que sí. Malditos los caminos que dejaste sin trazar y las personas que abandonaste en esos caminos. Tus únicos amigos ahora son tus fantasmas que te conocen tan bien, has abandonado a tus amigos verdaderos. Y todo...pues por que has tomado un camino distinto. Cuánta desesperanza cabe en la esperanza de ser mejor. No has cumplido ni la mitad de tus metas y te sientes tan sola, tan perdida...sí, maldita soledad a la que amas tanto. Tu domingo parece un lunes en la mañana, malditos esos días de adolescentee, maldita tu desnudez. Maldito el amor que profeso y maldito el despecho que te causa lo que no fue. Maldigo las tardes con amigos verdaderos, parte de la única familia que tenías, ahora disfrazados de historias que cuentas por mensajes de texto. Esas cosas no volveran, jamás, pues un restaurador no puede dejar todo como antes. No volverás jamás a aquella casa de tabique, ni a aquel bar del centro, no volveras a rozar esa piel tan suave ni esa espalda tan ancha. No volveras a probar el dulce néctar de unos labios apresurados, ni a cometer el mismo error dos veces, ni a esperar un 14 de febrero en la parada del Metro. Maldita sea, por que no volverás a sentarte en el piso a contemplar a todos, mientras esos ojos morenos miraban divertidos la expresion de tu rostro. No vuelves jamás tampoco a contar una historia con aquellos cabellos rizados, ni a sentir cosquillas por esa abundante barba. No volverás jamás a auqellos tiempos, y sigues maldiciéndolos, por que sabes que jamás debiste hacer, o decir, o sentir.
Y sin embargo, estás aquí ahora.
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