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INVI

Cálmate, corazón insensato, por que no tienes la culpa y todo lo que pasa en el mundo es insensato, y la maldad y la bondad no tienen sentido, y la codicia, el odio y la pasión dominan por doquier. No es culpa tuya, por que las personas permanecen igual y no cambian. Los años pasan y los hombres nacen y mueren y su vida es un soplo cálido, y no son felices viviendo y lo son sólo al morir. Por esto nada es más vano que la vida humana. En vano sumerges al hombre en la corriente del tiempo, su corazón no cambia y sale de la corriente tal y como ha entrado en ella. En vano lo pones a prueba en la guerra y la miseria, en la enfermedad y los incendios, en los dioses y las armas, por que sólo consigue endurecerse con estas pruebas hasta llegar a ser malvado y odiarse a sí mismo y por esto sólo el hombre muerto es hombre bueno

El humano no puede vivir sin poder ser superior a los demás y no hay miserable que no se crea mejor que otro. Uno se jacta de la habilidad de sus dedos, otro de la anchura de su espalda, el ladrón de la habilidad de su astucia, el juez de su justicia, el avaro de su avaricia, la mujer de su virtud. Y nada regocija más que el saberse superior a otro en lo que sea, aunque nada en este mundo sea perfecto. La corteza del pan está quemada, cada fruto oculta un gusano y el vino da dolor de cabeza. Por esto tampoco hay justicia perfecta y las buenas intenciones pueden tener consecuencias desastrosas y las buenas acciones pueden acarrear lo peor.

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