Ir al contenido principal

Mitología

Él tiene el cabello negro como ala de cuervo; negrisimo y brillante. Cae graciosamente sobre su rostro aniñado mientras ríe de alguna broma. Su piel aceituna cubre de forma gloriosa su espalda ancha, hecha por dioses crueles que han decidido darle a aquel hombre la crueldad y el porte del mismo Ares. De voz potente y melodiosa, sus intenciones son tan negras como el cabello que corona sus sienes, tan negras como sus ojos inteligentes, que miran y calculan su próxima víctima. Es, en suma, el ángel caído de tantas narraciones fantásticas, el sueño de la doncella virgen y el pecado más sublime, que sí miras con cuidado y caes en su embrujo, ciertamente morirás. No ha pensado más que en sí mismo, no ha reparado siquiera en sus innumerables víctimas: se jacta de poder tenerlas siempre que lo desee y tiene razón, pues el embrujo de sus besos es un veneno que mata, lentamente, sí, pero con certeza.

De ojos canela y sonrisa dulce, la contraparte de esta criatura cruel es un ángel que reza a una entidad cósmica por una oportunidad. En sus labios color coral pueden probarse mil y un sabores e historias; en sus ojos se ve el universo. Su naturaleza humilde y su corazón bondadoso se difuminan en historias dolorosas cuyos protagonistas son sus propios demonios, sus propias sombras y su pasado. En sus fuertes hombros carga la responsabilidad de una vida mientras en una sonrisa muestra su verdadera naturaleza, pues le fue concedida la grandeza de un rey, la ferocidad de un dragón y el corazón de un niño. En sus brazos cálidos se encuentra la protección y la promesa del amor en su estado más puro, la última gota del elixir que lo mantiene con vida y quizá alguna canción.

¿Qué ha llevado a esos dos protagonistas de historias fantásticas a ser lo que son? ¿Han nacido con la luz o la oscuridad llenando sus espacios vacíos? ¿Han sido sus decisiones? Todos los hemos conocido: distintas formas, distintos cuerpos, pero la misma criatura que embruja y hace que conozcamos el infierno o el cielo. En realidad, no hay mucha diferencia, puede que incluso se trate del mismo ente, y en una desesperada manera de que duela menos tratemos de diferenciarla de otros para hacerla más nuestra, sentirnos menos solos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La teoria politica de los Fruti Lupis y la revolucion de Sam el Tucan

Ayer en la noche mis hermanos Alex, Mateo y yo estabamos alimentándonos sanamente con mi vicio de los fruti lupis. Entonces nos preguntábamos si es que alguna vez habían existido los fruti lupis o si todo era producto de un delirio colectivo del pueblo mexicano. "El otro día pensaba en esto tambien" -comentaba Alex- "y supongo que debe haber una prueba de que habían existido, algo asi como que hubiera una caja, por ahí, que dijera así: Fruti Lupis". Al principio yo había dudado de mi memoria, seguro que todo era porque así escuchaba que decían los adultos cuando era chica. Digo, todavía no sabía leer (y mucho menos en inglés) cuando empecé a comer cereales coloridos y ultra azucarados. La cosa es que cuando Alex mencionó la palabra "caja" de repente un foquito se me prendio,  ¿ quien decia que no habia ninguna pinche caja de Fruti Lupis?. Sí....en algún momento, tal vez, sólo tal vez, existió una caja que decía Fruti Lupis. Pensemos bien. Todavía te cre

El joven de ojos canela.

Grandes y asustados, la miraban. Era un par de ojos imposibles de olvidar; dulces y oscuros como caoba. que parecían encerrar secretos que ella quería descubrir. Diez botellas vacías de cerveza al rededor del cuarto de hotel, música que alguno de los dos (quién sabe en qué punto de la velada) se dió el tiempo a poner. Conforme el hombre se fue acercando, mil imágenes la asaltaron: la traición, el dolor que ella conocía bien no quería infringirlo. Sin embargo, Café Tacuba canta para ella: "tú mañana ya te fuiste/pero antes me dijiste 'el futuro es hoy'". Y sin pensarlo demasiado probó con ansias los suaves labios rosas que ofrecían una dulzura y un embrujo tales que, un trío de cervezas más tarde, ella comprobaría entre besos y sábanas: un mar entero de emociones no todas negativas. La mañana llegó, y con ello la resaca. El joven de ojos canela miró con devoción el cuerpo desnudo que yacía a su lado y lo besó con tanta ternura como la noche anterior, antes que cayeran

Comercio con almas

“En el verano de 1980, Zana Muhsen, adolescente de quince años de edad, se preparaba para las que iban a ser las vacaciones mas excitantes de su vida. Viajaba con unos amigos de su padre que la habían invitad o a su casa. Era la primera vez que cogía u n avión  e iba a conocer Yemen, el país de su padre. Ella solo conocía Birmingham, su ciudad. A  pesar de sentirse inglesa de pies a cabeza, ansiaba conocer ese maravilloso país que su padre tantas veces le había descrito: la belleza de sus paisajes, las tr avesías por el desierto a lomos de un  camello, las casas encaramadas en los acantilados, la arena dorada, las palmeras, el sol, el mar intensamente azul… ¡incluso iba a poder cabalgar, a  pelo, a lomos de un caballo! Su hermana menor, Nadia, también viajaba a Yemen, pero lo  haría unos días después. . El tra ye ct o fue agotador: varias horas de avión con una escala interminabl e en Damasco, despu é s, otra larga espera y otro avión más y, finalmente, un Land Rover alquilado hast