Ir al contenido principal

Asesinos

A lo largo de tu vida ves morir cientos de veces partes importantes de ti, puede ser un familiar o un amigo. Incluso hace poco, la que era mi mejor amiga me contó que su hermano, al que yo conocía cuando era adolescente había muerto. ¿Cuántos años tendría? Me pregunte mientras Abigail estaba hecha un mar de lágrimas. No era ya el el veinteañero que conocí, por supuesto, pero tampoco tenia la vida hecha. No llegó a casarse ni a tener familia. No pudo ver a sus hermanos menores graduarse, ni a sus padres pensionarse.
Si, murió. Hay una frase muy graciosa de una serie cuyo nombre no consigo recordar, que dice "nadie tiene un propósito, nadie pertenece a ningún lugar, todos vamos a morir". Y no podría estar más en lo cierto, todo tiene un principio y también un final.
.........
.....
...

Recuerdo estar viendo algun video de una tradición nipona donde el chico le entrega a una chica el botón de su uniforme, como prenda de amor. Claro, es simbólico, pues la chica tuvo que rendirle tributo por meses, colmando de regalos y atención al guardián celoso de ese botón. Qué romántico, escucho decir, y no comprendo cómo un botón, por simbólico o tradicional que sea puede equipararse al hecho de que ella ha estado meses tratando de llamar la atención de este muchacho. No lo comprenderías, me dicen, en tono jocoso, pues nunca has sentido nada igual. Pienso de nuevo en la muerte, pero no la terrenal. Pienso en todas aquellas veces que mi romanticismo ha sido asesinado. En el momento que una canción cantada con la misma pasión jamás te tendrá como protagonista. El hecho que no puedas decir que no a un acuerdo en el que te sientes asfixiado, roto, pero medio vivo por dar libertad. Aquellas veces que lees las mismas palabras que alguna vez oiste, y creíste. Bromas divertidas respecto a tu situación actual. Cuando prefirieron una compañía más que un sencillo picnic, como una sonrisa puede esconder tanto...
.....
....
..
.

Murió joven. Pero los abuelos dicen que no tenemos la vida comprada. ¿De qué manera puede ser mas llevadera, sino es viviendo de manera que valga la pena? Me cuesta vivir sin crear expectativas, pues temo que sean demasiado altas. Me he cansado de complacer, pero tengo la ventaja de saber que deseo. Y lo que deseo es paz, tanta paz como sea posible, lejos de los asesinos de cuerpos y almas.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La teoria politica de los Fruti Lupis y la revolucion de Sam el Tucan

Ayer en la noche mis hermanos Alex, Mateo y yo estabamos alimentándonos sanamente con mi vicio de los fruti lupis. Entonces nos preguntábamos si es que alguna vez habían existido los fruti lupis o si todo era producto de un delirio colectivo del pueblo mexicano. "El otro día pensaba en esto tambien" -comentaba Alex- "y supongo que debe haber una prueba de que habían existido, algo asi como que hubiera una caja, por ahí, que dijera así: Fruti Lupis". Al principio yo había dudado de mi memoria, seguro que todo era porque así escuchaba que decían los adultos cuando era chica. Digo, todavía no sabía leer (y mucho menos en inglés) cuando empecé a comer cereales coloridos y ultra azucarados. La cosa es que cuando Alex mencionó la palabra "caja" de repente un foquito se me prendio,  ¿ quien decia que no habia ninguna pinche caja de Fruti Lupis?. Sí....en algún momento, tal vez, sólo tal vez, existió una caja que decía Fruti Lupis. Pensemos bien. Todavía te cre

El joven de ojos canela.

Grandes y asustados, la miraban. Era un par de ojos imposibles de olvidar; dulces y oscuros como caoba. que parecían encerrar secretos que ella quería descubrir. Diez botellas vacías de cerveza al rededor del cuarto de hotel, música que alguno de los dos (quién sabe en qué punto de la velada) se dió el tiempo a poner. Conforme el hombre se fue acercando, mil imágenes la asaltaron: la traición, el dolor que ella conocía bien no quería infringirlo. Sin embargo, Café Tacuba canta para ella: "tú mañana ya te fuiste/pero antes me dijiste 'el futuro es hoy'". Y sin pensarlo demasiado probó con ansias los suaves labios rosas que ofrecían una dulzura y un embrujo tales que, un trío de cervezas más tarde, ella comprobaría entre besos y sábanas: un mar entero de emociones no todas negativas. La mañana llegó, y con ello la resaca. El joven de ojos canela miró con devoción el cuerpo desnudo que yacía a su lado y lo besó con tanta ternura como la noche anterior, antes que cayeran

Comercio con almas

“En el verano de 1980, Zana Muhsen, adolescente de quince años de edad, se preparaba para las que iban a ser las vacaciones mas excitantes de su vida. Viajaba con unos amigos de su padre que la habían invitad o a su casa. Era la primera vez que cogía u n avión  e iba a conocer Yemen, el país de su padre. Ella solo conocía Birmingham, su ciudad. A  pesar de sentirse inglesa de pies a cabeza, ansiaba conocer ese maravilloso país que su padre tantas veces le había descrito: la belleza de sus paisajes, las tr avesías por el desierto a lomos de un  camello, las casas encaramadas en los acantilados, la arena dorada, las palmeras, el sol, el mar intensamente azul… ¡incluso iba a poder cabalgar, a  pelo, a lomos de un caballo! Su hermana menor, Nadia, también viajaba a Yemen, pero lo  haría unos días después. . El tra ye ct o fue agotador: varias horas de avión con una escala interminabl e en Damasco, despu é s, otra larga espera y otro avión más y, finalmente, un Land Rover alquilado hast