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Dicen que siempre llega

Un día estás riendo a carcajadas, teniendo un día común. Piensas con ánimos que posiblemente llegues a la meta y te lleves un buen bono, que ocuparás para comprar tu sala nueva, tu ropa, o lo que se te venga en gana. Pero inevitablemente, en ese mismo instante, la venda de tus ojhos se retira y el ánimo se sfuma con un frío escalofrío, que te hace pronunciar las palabras: "¿Qué estoy haciendo con mi vida?"

Ese instante de claridad cruda, según parece, lo tienen todos en alguna etapa de su vida. Generalmente te dice que a los 30´s pero yo lo tuve casi una década antes. Me da un ataque de pánico el saber que he pasado más de veinte años desperdiciados de la manea más absuda, conformándome con medios empleos, tiempos completos, medios amores. Que es probable que éste no sea mi lugar, que se lo he quitado a alguien más por que no hubo más remedio, que estoy en el empleo equivocado donde acabo exhausta al final del día, que no sé qué estudiar, no sé que me hace feliz, no sé qué rumbo tomar...

Me desconozco. Miro en el espejo el reflejo del cansancio (pero si no has hecho nada en todo el día), marcado por cicatrices que no han sanado, que he ignorado y, ahora, después de un total descuido, se han infectado. Me niego a creer que no he perdonado, que hago las cosas por complacer y no por mi misma, "todo está bien. Es una etapa".
....

Pero también puedo hacerlo TODO.

Las páginas están en blanco.
Ahora, sólo me asalta una duda: ¿Qué dibujaré en ellas?

Comentarios

Unknown dijo…
Supongo que la vida se desperdicia según la actitud con la que despiertes, puedes pensar que un día lo tienes todo y al día siguiente veras esa nueva lámpara de picachu que pondrás junto a unos pinguinos y pensaras "donde estuvo esa lámpara durante tantos años, la necesito"

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