Ir al contenido principal

Como subir una escalera

 Todo el mundo ha subido o bajado una escalera. Nadie ha dejado de observar que en ocasiones el suelo se pliega de tal manera que una parte sube en angulo recto y la parte siguiente se coloca de forma paralela, y así este patrón se repite en forma recta u espiral. Cualquier otra combinación podría crear bellas y fantásticas formas, pero de ninguna manera llevarían de la planta baja al primer piso.
La planta baja de mi primer piso quedo devastada tras la construcción del resto del condominio, sin embargo, la colorida escalera de formas irregulares fue lo único que se salvo. Ahora, haciendo caso omiso de los errores arquitectónicos (muy pendejos, por cierto) llevaremos la escalera hasta la parte mas alta que se pueda, con todo y planta baja.
...................................
.....................
..............
.....
..
 Nunca falta el pendejo que se siente mas caritativo que el Teleton y te enjareta a alguna persona del sexo opuesto cuando te ven solo en una fiesta. Y claro, como mujer, tienes que comportarte de forma linda y educada para que el wey se vaya con una impresión mas o menos buena de ti.
-Te presento a Gustavo. El es amigo de Emilio- dijo Torres, acompañado de ambos mencionados. No tenia la mas mínima idea de quien era quien, aunque a uno ya lo conocía y tal vez había tomado una cerveza en su compania."Y a mi que chingados me importa?" me habría gustado contestarle, pero me limite a esbozar mi sonrisa de compromiso #5 "Ojala-Que-Te-Largues-Pronto" y le estreche la mano al tal Gustavo. El pobre sujeto no era muy guapo, pero tenia un buen cuerpo y ojos almendrados que le daban un aire inocente, no puedo negarlo. Luego Torres y Emilio se hicieron los locos y nos dejaron a solas, sentados en el sillón enmedio de la fiesta. El chavo no era muy conversador que digamos y yo tampoco tenia ganas de platicar. Yo no estaba ahí por puro gusto, estaba esperando a otro amigo y se me hizo fácil apartarme un poco de la porción de gente medio ebria del centro de la sala.
-Así que tienes...quince?- dijo Gustavo, silabeando con dificultad, afectado por los tequilas.
-Diecisiete- corregí.
-Hubiera jurado que eras menor. Yo tengo 18.
Hice un gesto de "bien por ti". Fui por un cigarro con la esperanza de que Gustao se aburriera y se fuera. Pero me siguió y empezó un novelesco relato sobre los fracasos del amor en su vida. Patético, hermano. El tipo estaba cada vez mas borracho y yo cada vez mas desesperada por irme. Un rato mas tarde, el wey me propuso ir a una de las recamaras con el pretexto de "escuchar música y platicar".
-Si quieres coger con alguien, mejor vete a un hotel- le dije y me fui a despedir de Torres. "Ya te vas?" pregunto."Nha, voy a comprar cigarros" le dije para zafarme. Bebí el  resto de ron que quedaba y por encima del vaso vi a Gustavo con la chica que recordaba haber visto hacer un ridículo strepteasse en el comedor, subiendo las escaleras.
......................................................
................................
.................
....
...
..
Después de todos los asuntos desastrosos, es hora de rectificar. Sera una temporada difícil, adaptarse de nuevo, empezar de nuevo y mejorar. GRACIAS a todos por su apoyo, por seguir comentando los post y por seguir este intento de blog hecho por resacas tempranas y metáforas baratas.
                                         
                                                    

Comentarios

Anónimo dijo…
hola, me agradan tu escritos, saludos :)
Moka dijo…
Gracias por tus comentarios

Entradas más populares de este blog

La teoria politica de los Fruti Lupis y la revolucion de Sam el Tucan

Ayer en la noche mis hermanos Alex, Mateo y yo estabamos alimentándonos sanamente con mi vicio de los fruti lupis. Entonces nos preguntábamos si es que alguna vez habían existido los fruti lupis o si todo era producto de un delirio colectivo del pueblo mexicano. "El otro día pensaba en esto tambien" -comentaba Alex- "y supongo que debe haber una prueba de que habían existido, algo asi como que hubiera una caja, por ahí, que dijera así: Fruti Lupis". Al principio yo había dudado de mi memoria, seguro que todo era porque así escuchaba que decían los adultos cuando era chica. Digo, todavía no sabía leer (y mucho menos en inglés) cuando empecé a comer cereales coloridos y ultra azucarados. La cosa es que cuando Alex mencionó la palabra "caja" de repente un foquito se me prendio,  ¿ quien decia que no habia ninguna pinche caja de Fruti Lupis?. Sí....en algún momento, tal vez, sólo tal vez, existió una caja que decía Fruti Lupis. Pensemos bien. Todavía te cre

El joven de ojos canela.

Grandes y asustados, la miraban. Era un par de ojos imposibles de olvidar; dulces y oscuros como caoba. que parecían encerrar secretos que ella quería descubrir. Diez botellas vacías de cerveza al rededor del cuarto de hotel, música que alguno de los dos (quién sabe en qué punto de la velada) se dió el tiempo a poner. Conforme el hombre se fue acercando, mil imágenes la asaltaron: la traición, el dolor que ella conocía bien no quería infringirlo. Sin embargo, Café Tacuba canta para ella: "tú mañana ya te fuiste/pero antes me dijiste 'el futuro es hoy'". Y sin pensarlo demasiado probó con ansias los suaves labios rosas que ofrecían una dulzura y un embrujo tales que, un trío de cervezas más tarde, ella comprobaría entre besos y sábanas: un mar entero de emociones no todas negativas. La mañana llegó, y con ello la resaca. El joven de ojos canela miró con devoción el cuerpo desnudo que yacía a su lado y lo besó con tanta ternura como la noche anterior, antes que cayeran

Comercio con almas

“En el verano de 1980, Zana Muhsen, adolescente de quince años de edad, se preparaba para las que iban a ser las vacaciones mas excitantes de su vida. Viajaba con unos amigos de su padre que la habían invitad o a su casa. Era la primera vez que cogía u n avión  e iba a conocer Yemen, el país de su padre. Ella solo conocía Birmingham, su ciudad. A  pesar de sentirse inglesa de pies a cabeza, ansiaba conocer ese maravilloso país que su padre tantas veces le había descrito: la belleza de sus paisajes, las tr avesías por el desierto a lomos de un  camello, las casas encaramadas en los acantilados, la arena dorada, las palmeras, el sol, el mar intensamente azul… ¡incluso iba a poder cabalgar, a  pelo, a lomos de un caballo! Su hermana menor, Nadia, también viajaba a Yemen, pero lo  haría unos días después. . El tra ye ct o fue agotador: varias horas de avión con una escala interminabl e en Damasco, despu é s, otra larga espera y otro avión más y, finalmente, un Land Rover alquilado hast