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Mi vieja Guitarra

El día de hoy me siento poco menos animada que un partido de las Águilas del América. Como si todo lo que hubiera querido en un tiempo se hubiera ido al demonio. Mi vieja guitarra sabe como esta la situacion. De mi trabajo a mi casa, no me meto en broncas, no le he echado bronca a nadie, no he bebido ni un caballito de tequila, ni fumado un cigarrillo, ni tomado media lata de cerveza. Me la paso escuchando a Sabina y a Andres Calamaro, tocando la guitarra, encerrada en casa, pensando en amores fallidos y palabras que nunca dije, besos que jamas di y personas que no conocí. No estoy deprimida, no, pero hay veces en las que amanezco como en una canción de Ismael Serrano:


Me levanto temprano, moribundo/Perezoso resucito, bienvenido al mundo/
Con noticias asesinas me tomo el desayuno/Camino del trabajo, en el metro/ aburrido vigilo las caras de los viajeros/ Compañeros en la rutina y los bostezos.


Y es entonces cuando olvido por un momento todo: El hecho que estoy harta de esta situación. El hecho que estoy harta de pasar de unos brazos a otros y el hecho que el trabajo de edecan me parezca absurdo. Sonreirle a los clientes que me miran como imbéciles y tener cerca a un chavalito que se cree el amo del mundo. Mi trabajo apesta, el sueldo es miserable... tendría un montón de quejas sobre la vida justo ahora, pero resulta tedioso enumerarlos todos, me limito a decir las ultimas noticias. Y mi guitarra termina siendo de nuevo la única complice en este universo de monotonía y quejas de mi vida que no tiene final alternativo.

Descubrí que mi flamante novio Marecitos me engaña. Cosa que, ni me importa ni me extraña. Nada novedoso que me impida el bien dormir, contrario a lo que todo el mundo podría pensar. Mares, en la escuela, es como el niño-cara-bonita con el que todas quieren andar y me odian a muerte por eso. Su popularidad me incomoda cuando me saludan personas cuyos nombres ni recuerdo y después cuando los conozco mas me dicen "Que mala onda, eh? Yo si me acuerdo de ti" "Si? Pues deberías conseguirte un perro si tanto te gusta espiar a las personas. Generalmente tengo una memoria excelente, pero contigo haré una excepcion" y entonces van con el "Ah cámara...". Bueno, no buscaba caerle bien a alguien en especial.

Ahora, demasiado disgustada como para decidir algo, me la vivo en casa y en el trabajo. Sin cigarrillos, sin cerveza....y tampoco me hacen falta. Por las mañanas quisiera estar otro rato acostada y levantarme tan tarde como para no sentirme tan desganada, menos desahuciada, menos extranjera. Por las tardes ya en el trabajo, me gustaría fumar un cigarro pero los carteles dignamente instalados sobre mi cabeza lo impiden. Y ya de regreso a casa, teniendo arresto domiciliario, no tengo de otra que quedarme ahí  Tomo entonces mi vieja guitarra que es testigo de mis delirios mas extensos, empiezo tocando algunos acordes conocidos y termino componiendo algunos para mi propio deleite. Arjona, Simple Plan, The Beatles...mi repertorio crece cada dia para encontrar algo que hacer.

La primera vez que tome una guitarra en mis manos tenia seis años y la primera rola que empece a tocar fue Cielito Lindo. Entonces descubrí que era una de mis pasiones, que como todas nunca he cultivado ni cultivaré, mas que 10 botellas de tequila que no tiene sentido si no tienes una guitarra en mano para bien pedo entonar algo en honor a alguien inexistente.

Los días de me hacen aburridos, la tele, es un asco. Inmersa en un mundo desconocido, teniendo por cómplice una vieja guitarra, todo parece ir mejor...al menos, fuera del universo frikeado.
                                                 
                                                     

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